Resumen Listen

La contracción cardíaca es regulada por células autoexcitables o marcapasos. En un corazón sano, las células marcapasos del nodo sinusal son las que regulan el pulso cardíaco. Estas células se despolarizan espontáneamente y además hacen que se propague el impulso eléctrico, iniciando el sistema de conducción del corazón. El impulso no sólo pasa a otras células marcapasos, sino también a células contráctiles del corazón que al despolarizarse abren canales de calcio e inician la contracción. Para que se dé la contracción se produce la apertura de canales del retículo sarcoplásmico, desde donde sale más calcio. Este calcio se unirá a la troponina, que girará la tropomiosona, permitiendo así la unión actina-miosina. Las cabezas de miosina usarán de una molécula de ATP para unirse a la actina y generar un golpe de fuerza, que mueve la actina hacia el centro del sarcómero.

A pesar de que el corazón pude funcionar de forma autónoma, la realidad es que recibe inervación del sistema nervioso autónomo. El simpático libera adrenalina y actúa en el nodo sinusal, aumentando la frecuencia de despolarización de las células y por tanto aumentando el ritmo cardíaco. Además el simpático permite que entre más calcio en células contráctiles, aumentando la fuerza de contracción. El parasimpático por el contrario reduce la frecuencia cardíaca al liberar acetilcolina en el nodo sinusal, pero no tiene un efecto sobre la fuerza de contracción.