Antes de entrar de lleno en la fisiología del corazón cabe estudiar las características estructurales de las fibras cardíacas:
Las células cardíacas comparten características con las fibras del músculo esquelético. Como ocurría en las fibras musculares, las células cardíacas contienen sarcómeros formados por las proteínas encargadas de la contracción muscular: actina y miosina. Además la contracción. Como ocurre también en las fibras musculares esqueléticas, depende de la presencia de iones calcio y ATP.
Las células del músculo esquelético son largas fibras que se extienden en una sola dirección. Por el contrario, las células cardíacas son cortas y están ramificadas.
Estas células cardíacas están íntimamente unidas unas con otras. Se comunican a través de poros en la membrana celular conocidos como uniones GAP. Esto les permite transmitir la señal eléctrica de una célula a otra sin necesidad de usar neurotransmisores (fenómeno conocido como sinapsis eléctrica). La despolarización, y por lo tanto la contracción, de algunas células del miocardio hace que todas ellas se despolaricen coordinadamente. Se dice por lo tanto que el miocardio funciona como una unidad coordinada.